A review by ellioth_mess
Los propios dioses by Isaac Asimov

5.0

Asimov es uno de esos autores cuyos libros me entretienen, me gustan o me fascinan. Jamás me topé con uno que no me gustara. Teniendo esto en cuenta, y sabiendo que "Los propios dioses" fue ganadora del premio Hugo y el premio Nébula, arranqué a leerlo como quien se encuentra con un paquete de papas fritas después de una noche entera fumando hierbas lícitas pero ilegales.

"Contra la estupidez, los propios dioses luchan en vano". Esta frase del poeta alemán Friedrich von Schiller deja claro el tema de la obra: La bomba de electrones, llevada a nuestro universo por seres interdimensionales, se transforma en un invento revolucionario descubierto por casualidad, revoluciona el planeta Tierra generando energía gratuita e infinita, lo que le reporta a su descubridor una fama mundial avasallante. Sin embargo, un admirador suyo comienza a encontrar evidencias de que la dichosa Bomba de Electrones podría cambiar las condiciones del universo aumentando tanto la actividad del Sol que lo haría estallar en pocos años.

En un relato que nos lleva al parauniverso y nos instruye durante varios capítulos irónicos y fascinantes acerca de la naturaleza del sexo alienígena, Asimov narra una gesta científica donde compiten egos, intereses económicos, atracción sexual y reputaciones destruídas por gritar al mundo el peligro al que se exponen.

Sin embargo, Asimov da un giro a la frase de Schiller. Un giro que deja en claro el tono de toda su obra. Ni la humanidad es estúpida y se encamina a su destrucción, como no se cansan de decir los autores distópicos, ni se puede alcanzar la verdad resignándose a la derrota.

Y es por eso que Isaac Asimov parafrasea el título de la tercera parte de este relato impecable con unos sutiles y determinantes signos de interrogación:

"Contra la estupidez, los propios dioses, ¿luchan en vano?"