Me he devorado estos cuentos a bocados. ¡Tanto así que casi lo terminé en un día! No pude soltarlo, a pesar de lo crudo y grotesco de algunas historias. Fue sorprendente para mí el que, a pesar de tener exposiciones tan crudas y fuertes, los cuentos nunca caen en tragedia. Es interesante, porque al nunca exponerse como tal da a entender que estos eventos violentos son algo común en la vida del hombre homosexual en Puerto Rico. Creo que sobre todo, darme cuenta de eso fue lo más que dolió, lo más que sentí.

El libro no fue PARA NADA lo que yo esperaba, pero fue así en la mejor manera posible.